martes, 25 de marzo de 2014

Deprisa, deprisa (Carlos Saura, 1981)

Como decía el otro día, Versión española proyectó el pasado martes 'Deprisa, deprisa', un clásico de Carlos Saura, un éxito de público y crítica que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de cine internacional de Berlín en 1981. Es una de las máximas exponentes del género cinematográfico muy español a veces denominado como 'cine quinqui', que relata las vicisitudes y la vida al límite de jóvenes delincuentes. Con música de fondo de corte flamenco y raíces gitanas a cargo de Los Chunguitos, Lole y Manuel o Los Marismeños, rodada
con actores no profesionales sin experiencia previa...



...que el propio Saura escogió entre cientos de candidatos en Villaverde Alto, un barrio de los arrabales del sur de Madrid, la película narra el rápido descenso a los infiernos de un cuarteto de ladrones aficionados e inconformistas que persiguen la utópica idea de llevar una vida anárquica libre de amarras, hasta cierto punto contemplativa y no exenta de romanticismo, lejos del conformismo y los convencionalismos de una sociedad recién salida de 40 años de dictadura. El precio, conscientemente o no, que deciden pagar por alcanzar su meta es arriesgarse la vida cometiendo atracos, y aunque en principio no tienen intención de matar a nadie, las cosas, obviamente, no tardan en torcerse. El consumo de drogas está muy presente en toda la película y de hecho parece que Francia y Alemania Occidental llegaron a prohibir durante un tiempo la película "al considerar que glorifica la violencia y la cultura de las drogas. Posteriormente, sin embargo, fue admitida con clasificaciones restrictivas en ambos países" (wikipedia/D'Lugo, The films of Carlos Saura, p. 173). 


 'Deprisa, deprisa' es la crónica de la vida que llevan, intensa y velozmente, unos jóvenes que no conciben su existencia como una monótona serie de días que se suceden, trabajando de sol a sol por un mísero sueldo, como seguramente han tenido que hacer sus padres para sacar a las familias adelante. La pareja enamorada formada por Ángela y Pablo me recuerdan a unos Bonnie & Clyde a la española, unidos por un triste destino. La escena, hacia el final de la película, en la que vemos a Pablo agonizar durante unos interminables minutos hasta que cesa su estertórea respiración, es desgarradora. Y más aún la mirada perdida de Ángela, esa chica de belleza inquietante que aprendió rápido a disparar y a quien, finalmente, no le queda más opción que abandonar a su novio muerto y huir con el botín del último atraco para, quizás, emprender una nueva vida, lejos del barrio, dejando atrás la marginalidad y rompiendo las cadenas de un sino al que parecía estar predestinada.

Justamente, el final de la película tal vez fuera incluso premonitorio en lo que se refiere a la vida real de los actores. Navegando por internet intentando saber algo más sobre sus protagonistas, he leído que dos de ellos, José Antonio Valdelomar (Pablo) y Jesús Arias Aranzueque (Meca) eran delincuentes ocasionales y murieron en prisión una década más tarde. En cambio, Berta Socuéllamos (Ángela) y José María Hervás (Sebas) al parecer terminaron por casarse, llevan una vida de lo más normal alejados de aquella primera y seguramente última experiencia cinematográfica y en la actualidad hasta son abuelos. Sobre algunas curiosidades de la vida de estos actores no profesionales, os remito a:

http://www.bretguille.blogspot.com
http://www.canaltcm.com/2010/12/22/hoy-comienza-todo-con-tavernier

Para terminar, y volviendo a la magnífica banda sonora, sin duda la canción que quedará para siempre asociada a 'Deprisa, deprisa' y a la trágica y efímera historia de amor entre Ángela y Pablo es "Si me das a elegir", interpretada por Enrique Salazar, de Los Chunguitos. El cantante, con 25 años, murió apenas un año después al no poder superar una hepatitis. 

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